La importancia de la aceptación del diagnóstico de mi hijo/a.
Desde el momento que nos enteramos que se avecina La llegada de una vida al mundo, se inician una serie de acepciones, preocupaciones, decisiones pero sobre todo EXPECTATIVAS. Los padres, la familia y el mundo en general han buscado por distintos motivos bien sea necesidad, aprobación, organización, en fin, una necesidad imperiosa de encasillarnos, como ejemplo: los niños usan azul y las niñas usan rosado aunque poco a poco se han ido desvirtuando estos estereotipos, el mundo no da espera y continua creando cada vez más muchos de ellos.
Con esto anterior, me adentro al momento exacto en que ese cuidador bien sea madre, padre y/o pariente, sale de algún consultorio con una historia clínica que indica bien sea lo que ya sospechaba y no quería aceptar o lo que para desfortuna lo toma de sorpresa: Un diagnóstico clínico que indica discapacidad.
En ambos contextos, no es menos ni más doloroso, termina siendo como ya antes se lo escuche a una madre que atendí alguna vez: ‘’Se siente una puñalada en el corazón’’. Quizás, ella lo describió con esas palabras y algunos padres se identificaran o quizás otros no. Pero lo que si es cierto es que, un diagnóstico clínico que indica discapacidad para un padre, madre y/o cuidador es una vivencia dolorosa y que desestabiliza esas expectativas que inicialmente se comentan en este escrito. Según Castro, A. (2010) "la familia es el primer agente socializador porque mediatiza la influencia social, sobre la personalidad de sus miembros, en especial de sus hijos. La función de reproducción social que esta desempeña consiste en formar en su descendencia las cualidades de una personalidad, a la que aspira la sociedad".
Mientras más temprano sea aceptado el niño tal y como es, mayor será la comprensión y ayuda necesaria que necesite para el logro de esa personalidad, que tenga entre sus principios la honestidad y el trabajo. Conociendo esto anterior, la aceptación del diagnóstico por parte de la familia hacia al niño es tan importante como iniciar su proceso de rehabilitación, y es que la realidad objetiva es que mientras más se demore el proceso de aceptación del diagnóstico por parte de la familia, menos apoyo recibirá el niño(a) de esta, y, por tanto, se dificultará en gran medida su desarrollo como persona y su integración a la sociedad.
Es por ello por lo que en este artículo se propone destacar la importancia que tiene la aceptación temprana del diagnóstico, por parte de la familia y también estrategias clínicas para manejar el duelo frente a la discapacidad. A lo largo de la vida, se ha generado una construcción social entorno al duelo refiriéndose que el ser humano solo vive un duelo cuando se muere un ser querido y para su sorpresa en el día a día todos viven pequeños duelos: El no poder llegar temprano al trabajo, el querer comer algo y no poder hacerlo, el no tener el tiempo para llegar a algún lugar deseado, el querer comprar un electrodoméstico y no poder hacerlo y se podrían nombrar mucho más.
Es decir, de forma constante el ser humano se encuentra con que la vida no puede cumplir con sus expectativas todo el tiempo. Así mismo, cuando el padre, madre y/o cuidador se enfrenta a ese diagnóstico vive un duelo entorno a esas expectativas que tiene sobre su hijo o hija, entendiendo el duelo como lo define Elisabeth Kubler Ross. ‘’El duelo es la reacción natural ante la pérdida’’. Ese cuidador siente que perdió: Perdió esa versión de su hijo o hija que tenía dentro de sus expectativas debido a un diagnóstico clínico y validar ese sentimiento es importante para que cada padre, madre o pariente pueda iniciar una nueva construcción de la versión de su hijo o hija y así poder ser parte fundamental de su rehabilitación.
Hacer el duelo frente al diagnóstico no es un proceso lineal, no se puede hablar en psicología de un tiempo en específico, de hecho, hay padres que realizan el duelo y paralelamente inician ayudar a sus hijos junto a su red de apoyo más cercana. Sin embargo, es importante transitar ese momento de tu vida para poder ayudar prontamente a tu hijo. Se ha demostrado que los padres que tienen un duelo no resuelto frente a la discapacidad de su hijo obstaculizan el avance que este puede tener en las áreas de vida. Nadie debe decirte como debes transitar tu duelo, pero si existen profesionales, familiares y red de apoyo cerca que pueden acompañarte para que este proceso sea más fácil.
Finalmente, es difícil poder autónomamente reconocer cuando se tiene un duelo no resuelto frente a la discapacidad, por ello te comparto las siguientes señales de alarma para que puedas hacer un autoanálisis y un proceso de reconocimiento para buscar ayuda en caso tal reúnas esta sintomatología:
Enfocarme más en lo que mi hijo o hija NO puede hacer y frustrarme por ello.
Ignorar/negar las recomendaciones profesionales y medicación por considerar que NO lo necesita.
Tristeza intensa y dolor emocional, que a veces incluye amargura o enojo hacia mi hijo o hija por su discapacidad.
Continuar negando su discapacidad.
Pensar muy a menudo si no tuviera discapacidad como seria.
Recuerda:
No ames al hijo que tus expectativas querían, ama al hijo que tienes, tal y como es.
POR DANNA MARRIAGA
PARODI PSICÓLOGA.
EST. DE NEUROPSICOLOGÍA INFANTIL.
REFERENCIAS
Corona, Z., Rodríguez, Y., & Licea, Y. (2021). La aceptación del diagnóstico por la familia. Una condición que necesita lograr el educador para la adecuada integración social de los niños(as) con discapacidad. Dilemas contemporáneos: educación, política y valores, 8(2), 00025. Epub 21 de abril de 2021.https://doi.org/10.46377/dilemas.v8i2.2535
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